martes, 25 de abril de 2006

Sábado, 10 de la mañana...

Es aquí donde comienza el trajín para ese grupo de rock que toca hoy a las 23.00h. Son las 10 de la mañana. Uno se levanta, desayuna y se ducha y se pone a preparar las cosas: bolsa con la ropa de actuar y ropa limpia, repaso de equipo y minucias (pilas para las emisoras, cables pequeños, afinadores de mano, etc...). Miras por la ventana y parece que va a llover y ya empiezas a pensar en como cargar todo y que no se moje.

Se hacen las 12 de la mañana o la 1. Es momento entonces de ir para el local a empezar a desmontarlo todo. Si, hay que desmontar todo el equipo porque esta noche además de tocar tenemos que sonorizar porque la sala no tiene equipo. Bueno no es problema, siempre dije que hay que estar preparado para todo.

El manager aparecerá con la furgoneta sobre las 4 asi que aun nos da tiempo incluso a hacer una paradita para comer, cosa que no siempre se puede hacer. En fin después del café con el encargado de los locales y un par de cigarritos empezamos a recojer todo el cableado primero para quitarnos lo mas engorroso de en medio y guadándolos en las maletas de cables. Después la batería y los racks. Ya está todo casi organizado para empezar a cargar asi que, un bocata y a seguir.

Las 3.30 de la tarde. Lo llevamos todo a la rampa de carga y a las 4.30 mas o menos (cosas del tráfico) comenzamos a cargar. Como no hay asientos para todos en la furgoneta a algunos nos toca ir en la caja encima de algún altavoz. La verdad es que eso tiene su encanto.

Son las 6.30 y ya estamos en la sala con el equipo descargado. Llegamos media hora tarde, pero el chico de la sala es un tio estupendo y no hay problema ninguno. Empezamos a subirlo todo por las escaleras y a montar. Ya se va necesitando un respiro porque cargar y descargar unos 700 kilos de equipo a pulso es bastante cansado. Y mas si depués espera una actuación en la que hay que estar al 200% y una noche bastante larga.
Una vez montado es esquema de escenario vienen los cableados, los problemas de corriente, el altavoz que se acopla, la botella de agua que se cae encima de todos los set-list y ese cablecito que te has dejado en el local y que es vital para algo que no es necesario.

Lo importante es estar organizados. Si cada uno se preocupa de montar y desmontar siempre lo mismo, se hace bastante mas rápido y limpio. Bueno, ya esta todo encendido y montado. Son las 8.30 de la tarde y queda la prueba de sonido. Batería, bajo, guitarras, voz y coros. Por ese orden. y luego un temita todos para reajustar. Todo parece que esté listo para el show. Son las 9.30 y todo está hecho. Solo queda sanear un poco la sala de fundas de instrumentos y recortes de cinta aislante.

Hemos terminado demasiado pronto, lo que es señal de que está todo muy medido y controlado. Pero nos quedan almenos dos horas de no hacer nada, asi que nos bajamos a por unas cervezas y la gente empieza a llegar. Saludas a los conocidos, bromeas con unos y con otros y con la tontería son las 10.45 ya. Al baño a cambiarse en un mini cuarto con llave y a las tablas.

Es el momento cumbre del día. La hora y media escasa que estamos preparando desde las 10 de la mañana. Aquí es donde aparecen las emociones. Es el premio al trabajo de todo el día. Mirar abajo y ver a la gente bailando y cantando las canciones que llevas meses preparando y arreglando en el local. Y sobre todo, la diversión del directo.

Siempre hay errores, siempre hay problemas pero creo que a no ser que sean errores garrafales o problemas insalvables solo se da cuenta el grupo y los mas allegados (los amigos que siempre ayudan a recojer material cuando termina el show por ejemplo, que son de gran ayuda).

Es el final del show, suena la última nota y la gente pide mas. Hay muchas maneras de pedir mas. Pero solo hay una de pedir mas de verdad, y esta noche parece que es asi. Lamentablemente después de todo el día concentrado en lo mismo, parece que llega el final y es un desahogo porque todo ha salido bien y la gente parece estar agusto. Para la próxima vez se estudiará algo mejor sin duda, todas las noches se aprende algo.

Felicitaciones, copas, risas, y sobre todo ganas de pasarlo bien porque aun queda noche. Si terminas de tocar y gente qu eno te conoce te saluda es porque parece que la cosa ha ido como debería. Y es una recompensa. No digo que los "incondicionales" no sean sinceros en sus críticas, que lo son porque sino no estarían allí, pero el forastero es el que quiza tenga la oreja mas crítica en estos casos. Y en cierto modo los incondicionales fueron forasteros también en su momento.

Después de un par de copas empieza la última carrera de la noche. Lo mismo que unos párrafos mas arriba pero al revés: desmontar y cargar. Ahora los amigos (cariñosamente "el crew") echan una mano y en 10 minutos de reloj esta todo cargado. Como la sala ofrece servicio de restaurante y habíamos pedido el reservado para la banda y los mas cercanos nos disponemos a cenar. El dueño de la sala parece haber quedado contento con la actuación y cena con nosotros. Corre la cerveza, el vino y la carne por supuesto y sobre todo se crea muy buen ambiente. Para sorpresa nuestra todo va a cargo del dueño y empiezan las copas con los amigos en el bar, fuera del reservado.

Risas, cachondeo, mas felicitaciones y los ojos ya empiezan a nublarse un poco por efecto del copeteo. La noche se alarga y la vuelta a casa queda bastante borrosa...

1 comentario:

Paco Segado dijo...

It's a long way to the top... If you wanna rock and roll! Pero seguro que AC/DC jamás se zamparon una carnaza como la del Pirata's. Mucha suerte con el blog. Con Cardinal ya no la necesitáis :P